La generación de imágenes con inteligencia artificial (IA)

¿Qué sucede cuando los generadores de imágenes mediante inteligencia artificial caen en manos equivocadas?

Los más recientes avances tecnológicos hoy nos enfrentan a grandes cambios en la forma en que nos relacionamos y realizamos nuestro trabajo, e incluso en nuestra visión del mundo. La información que consumimos se encuentra al alcance de todos; y aunque estos cambios representan una enorme ventaja para la evolución humana, al dejar obsoletas o en segundo plano algunas prácticas anteriores y medios menos eficaces, se hace necesario reflexionar sobre las amenazas o riesgos que conllevan estos avances.

Para bien o para mal la libertad que ofrece Internet y que todos amamos, pone un primer riesgo sobre la mesa: la desinformación. Cualquier persona con mínimos recursos e incluso pocos conocimientos puede compartir contenido en las redes sociales y en la web, que muchas veces es consumido como si fuera cierto. Es necesario tener conciencia y juicio propios sobre toda información que se nos presenta.

¿Cómo funciona la inteligencia artificial que genera imágenes?
El boom de las llamadas inteligencias artificiales (IA) y la generación de imágenes ya está generando polémica. Una de las herramientas de IA que permite generar imágenes, probablemente la más popular en estos días, es Midjourney, que puede generar imágenes increíbles en poco tiempo. Pero... ¿cómo funciona?
Midjourney es un sistema de machine learning que se alimenta de infinidad de imágenes preexistentes. Adicionalmente, el usuario también puede introducir imágenes como referencia de lo que busca producir. A partir de la cantidad ilimitada de información con la que el sistema cuenta, y respondiendo al pedido escrito del usuario, esta herramienta extrae partes de aquellas imágenes, y con esos fragmentos crea una nueva imagen, muchas veces de muy alta calidad. En ocasiones produce resultados imperfectos, y esto se debe a que en realidad no comprende lo que está haciendo; pero la velocidad con la que responde y la calidad promedio de los resultados son realmente sorprendentes. El único límite de cualquier inteligencia artificial reside en la cantidad de imágenes que se le introduzcan para «entrenarla».

¿Cuál es la fuente de inspiración de la inteligencia artificial?
El asunto comienza a tornarse extraño cuando nos enteramos que estas imágenes con las que se alimenta a estos sistemas son contenidos creados y compartidos en internet por artistas, fotógrafos, ilustradores y diseñadores gráficos, que jamás dieron su consentimiento para ese fin. Es cierto que las imágenes que crea la inteligencia artificial son nuevas y requieren de una redacción particular por parte de quien las requiere, pero también es cierto que la máquina no podría crearlas sin contar con las obras de las que se la nutre, cuyos creadores no reciben compensación ni crédito por su aporte fundamental.
En alguna medida esta nueva tecnología cometería una suerte de «plagio» aún no previsto por la Ley, pues el plagiado nunca es un individuo en particular sino, probablemente, muchísimos artistas y profesionales en forma simultánea. Tal vez el error fatal de los perjudicados haya sido compartir su trabajo de forma abierta, algo que hasta ahora nadie se cuestionaba como un problema.
Los nuevos «artistas de la IA»
Paralelamente va surgiendo un nuevo tipo de «artista de la Inteligencia artificial», que en realidad utiliza esta herramienta que hace casi todo el trabajo por él. Es cierto que este individuo puede recopilar y aportar imágenes para alimentar a la inteligencia artificial e indicar por medio de comandos verbales qué dibujar, tal como lo hace un ilustrador remunerado que recibe un pedido de su cliente. Pero en este caso ¡es gratis! y el trabajo final es una obra que surge del azar de combinar esas miles de imágenes. ¿Está bien que estos nuevos «artistas» se atribuyan la autoría de las imágenes generadas por la IA?
Las imágenes generadas por IA aún son fáciles de reconocer por sus desproporciones, deformidades, malas composiciones, desenfoques extraños y formas y patrones asimétricos. Muchas veces estos «artistas de IA» ni se toman ni el trabajo de mejorar lo que la inteligencia artificial les pone en bandeja. ¿Aún así merecen llamarse artistas?
Pero la IA también puede caer en las manos correctas. Existen artistas y diseñadores que están aprovechándola como herramienta de prueba y como una fuente de inspiración. No buscan que la inteligencia haga su trabajo para presentarlo como propio, sino que la utilizan como un recurso más en el proceso de creación, fundamentalmente para probar rápidamente el potencial de ideas de composición, combinaciones de elementos y colores, para luego realizar un trabajo «como corresponde». 

¿Cuál es el futuro de la generación de imágenes con IA?
La IA, como cualquier herramienta, es buena en las manos correctas de gente honesta que sabe cómo utilizarla, pero en manos incorrectas los riesgos podrían ser muy altos. Habrá que ver si es posible establecer algún tipo de regulación de esta tecnología, tanto para los usuarios como para sus desarrolladores. Para empezar sería fundamental que la herramienta especifique cuáles son las fuentes utilizadas para la creación de la imagen y que se aclare que es una imagen generada por inteligencia artificial para no confundirla con una creación original.
Aparentemente se está llegando a un convenio internacional mediante el cual las imágenes generadas por IA deberán ser consideradas de «dominio público», ya que las obras son en realidad una combinación de extractos de trabajos de otros artistas procesadas por una máquina. En ese sentido, estas imágenes no podrán ser consideradas un producto comercial o protegido por derechos de autor.
Quizás en un futuro sea imposible distinguir la obra creada por la máquina de la obra del ser humano. O tal vez eso no suceda nunca. Todavía es pronto para vaticinar una cosa o la otra.

Escrito por: Fabiola Acuña, Diseñadora Gráfica de Ojo De Pez
 


 

Suscribite al newsletter