Anteriormente y en algunos casos en la actualidad, la publicidad impactaba de forma frecuente de una manera irresponsable, los conceptos incidían en un marketing desmedido que no tenía ningún tipo de freno en cuanto a fines de comunicación, valiéndose de un simple postulado como “el fin justifica los medios”.

Pues era muy común normalizar malas prácticas sin ningún tipo de visión ética, como la hipersexualización, el materialismo y por sobretodo la estereotipación de las personas, por lo que la publicidad era vinculada al marketing a ideas como “manipulación” o a esfuerzos publicitarios con el objetivo de incrementar ventas y posicionar marcas. 

Sin embargo, el contexto ha situado a la industria publicitaria a replantearse o “reinventarse”, ya que la deconstrucción misma de la sociedad en los intentos de romper el conservadurismo en las últimas décadas ha chocado con el nuevo modelo y la forma de comunicar en los medios tradicionales y alternativos. 

Viendo en el plano local, podemos tomar como referencia marcas de cervezas que utilizaban a la mujer como un objeto sexual para estimular la venta, y ahora se han volcado por una comunicación mucho más inclusiva dejando de lado los viejos paradigmas.

Pese a los avances quedan igual estereotipos como el de mantenerse joven, bella/o, gustos o atribuciones con respecto al perfil o género de las personas, que siguen impactando en nuestras pantallas.

Aún queda mucho por trabajar, por más que se haya dejado ciertas normas o prácticas, no se aprovecha del todo el contexto social para impulsar campañas más progresistas que rompan con los estigmas sociales, por lo tanto podemos observar que vivimos un proceso de transgresión que poco a poco se va adaptando a las nuevas convenciones. 

No obstante, podemos ser testigos de campañas más disruptivas, donde la creatividad aborda diferentes problemas sociales para no solo contar historias, sino apelar a la conciencia y a la fibra emocional de las personas.

Hoy podemos decir que una buena campaña acompaña la deconstrucción, ya que una idea además de venderse, ayuda a la construcción del pensamiento en la sociedad donde el contexto cada vez va cambiando y con ello las personas. 
Si querés “un pienso” detrás de una idea para tu campaña creativa, Ojo de Pez  trabaja de forma estratégica partiendo del contexto para conectar más allá de la marca y el producto.